martes, 29 de junio de 2010


Los alumnos de 1º B ESO han leído este libro de Esteban Serrano Marugán, de la editorial Nivola. Los textos que siguen están inspirados en ese relato:

Érase una vez un niño llamado Arturo Comelibros. Era muy bueno en todas las asignaturas de clase excepto en Matemáticas.



Un día, cuando estaba haciendo los deberes de Matemáticas, exclamó: “¡ojala no hubiera números!” mientras hacia una suma imposible. Al Rey de las Matemáticas, Pitágoras V, no le pareció nada bien y convocó una asamblea para eliminar todos los números.



Entre los miembros de la asamblea estaban Calculín y Numerón. Todos aceptaron y empezaron a quitar números en las calles y ciudades, hasta en los propios sueños de las personas, en todas excepto en Arturo: por su culpa, todos los números desaparecieron y él es será el único que podrá devolver los números.



Arturo empezó su día como cualquier otro, se le levantó y fue a desayunar, y le pidió a su madre 2 rosquillas. La madre no le entendió y le dijo que dejara de decir cosas raras. Le pasó lo mismo en clase y en el colegio y en clase de Sociales. La profesora preguntó cuándo descubrió Colón América. Arturo dijo “en 1492”, la profesora le dijo que no le entendía y todos soltaron unas grandes carcajadas.



Todo iba mal, los coches corrían sin límites, los aeropuertos se colapsaron. Al ver Pitágoras V que estaba produciéndose todo ese jaleo, le dijo a Arturo al oído que él era el único que podría devolver los números a la Tierra, convenciendo a alguien de que son importantes.



Arturo decidió que convencería a su profesor de Matemáticas. Los padres llevaron a los hijos al colegio con miedo, puesto que no había teléfono, radio, televisión, ¡ni los videojuegos! y eso sí que fastidiaba a los niños. Cuando Arturo estaba en el colegio, consiguió escapar de sus padres e ir a hablar con su profesor de Matemáticas. Lucas estaba en la barra del bar. Arturo le dijo que necesitaba que le escuchara, porque tenía que decirle algo muy importante.



Arturo intentó explicar a su profesor las mates. Lucas, el profesor, aprendió escuchó muy bien, y comprendió todo lo que dijo con facilidad. Luego, pasado un rato, Arturo le puso la suma que Lucas le mandó anteriormente. Lucas la hizo bien y los números volvieron, gracias a Pitágoras V. Arturo se despidió del Rey de las Matemáticas. A lo lejos se oyó un “¡ja,je,ji,jo,ju!”.



Juan Muñíz Vázquez (1º ESO)

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Matemáticas 2º Primaria